El Imperio Japonés no se rinde
Por Pablo García 11/08/1945
Tras el lanzamiento de la segunda bomba atómica sobre la ciudad japonesa de Nagasaki, la Guerra se encuentra en una nueva fase determinante. Con el frente europeo acabado y pendiente de entrar en su fase más terminal, en la que tendrán que depurarse responsabilidades, el frente del Pacífico amenaza con enquistarse en un conflicto más duradero. El Emperador Hirohito se mantiene en su idea inicial de defender Tokio hasta las últimas consecuencias, sin duda alentado por la facción militar del Imperio y desoyendo, lo que según fuentes internacionales indican, la postura del gobierno civil.
Estados Unidos acaba de realizar ante el mundo una exhibición de fuerza que le confirma como primera potencial militar, al poseer un arma que ningún otro país del globo tiene en su poder, se da la situación de que esta puede no ser suficiente para doblegar a una nación, entregada al culto a su Emperador. A pesar de la destrucción que sólo las dos bombas han generado en unos días y sin tampoco sin tener en cuenta que la capacidad actual del Imperio Japonés para vencer en el frente son nulas, los planes de invasión del país nipón por parte de EEUU siguen cocinándose.
Mientras tanto, la Unión Soviética continúa con sus planes de invasión de territorio japonés continental. Desde Moscú se quiere acelerar el proceso de ocupación de Manchuria, algo que se ve con ojos recelosos por los Aliados, preocupados porque pueda llegar a suceder algo parecido a lo que pasó en Berlín durante el pasado mes de abril.
En el ya cerrado frente europeo, la situación avanza paulatinamente. Una vez acabados los combates la evaluación de la situación continúa con paso firme. Las noticias que llegan del Centro de Europa son desalentadoras y todo parece indicar que el conflicto ha sido más sangriento de lo que en un primer momento se pudo prever. Los Aliados poco a poco van descubriendo los horrores de una guerra que muchos expertos califican ya como la más sangrienta de la historia. Al descubrimiento de los campos de concentración, se le suma ahora los primeros datos sobre otros campamentos aún más terribles, donde supuestamente el gobierno alemán ejecutaba sistemáticamente a sus prisioneros.
Por otra parte, lo que antes era un bloque compacto comienza a fracturarse por un conflicto de intereses. Lo que durante buena parte de la guerra ha sido el bando Aliado comienza a tener sus primeras discrepancias sobre el proceder en el reparto de territorio y en la nueva organización que necesariamente tendrá que tener Europa. La Unión Soviética, que actualmente controla toda Europa del Este hasta buena parte de Berlín, comienza a ser un país que es visto por ojos recelosos por parte de los Estados Unidos de Norteamérica. Se prevé que en las próximas semanas sea necesaria una nueva cumbre internacional para solucionar desde la paz un posible nuevo conflicto en ciernes.
Reflejos de
Guerra
